Lectura compartida

Quincenalmente, todos los miércoles del curso dedicamos veinte minutos a una actividad de lectura compartida, una actividad íntima en la que participan todas las chicas y chicos de nuestra escuela. Repartidos por todo el centro, los niños más pequeños escuchan con atención la lectura de algún relato que los mayores han escogido para ellos y ellas de la biblioteca del centro. Son momentos fugaces en  los que el alumnado de Infantil o Primer Ciclo se arroban atentos en la escucha de historias narradas por niños y niñas como ellos y ellas que, por la autoridad de que disfrutan, se convierten en maestros y maestras, y viven el privilegio de transformarse por unos minutos en, esta sí, la profesión más antigua del mundo: la de guiar y acompañar al que todavía no sabe. Es un gusto deambular por los pasillos del cole, mirar bajo las mesas de las aulas, doblar la esquina persiguiendo un hilillo de voz que se abre camino tras una puerta para descubrir unos ojos clavados en una ilustración, la mirada distraída de una personita de tres años que mira no sabe dónde porque el o la lectora, todavía inexperta, no acierta a atrapar la atención del o la  escuchante.Y es que, además de todo lo antedicho y observado, la consecuencia de esta experiencia de la lectura compartida se repite cada año y se extiende a toda actividad que requiera de un emparejamiento entre el alumnado. El vínculo afectivo ya se ha creado entre el alumnado mayor y pequeño… Solo queda seguir, seguirles, de lejos, sin interrumpir…